El reto

Como una de las firmas familiar de relojeros de la máxima calidad desde 1875, Audemars Piguet es un líder en la “haute horlogerie” (alta relojería) al combinar una tradición profundamente enraizada y la tecnología de última generación. Con el fin de apoyar el crecimiento de la compañía, nos confiaron el reto de concebir un entorno laboral de vanguardia cerca de su ciudad natal de Le Brassus, en el corazón del Vallée de Joux, en las montañas jurásicas suizas. 

El desafío fue doble. Por un lado, el espacio tenía que servir como un banco de pruebas de los nuevos modos de trabajo mientras que reflejaba el legado de la firma y su conexión con la región. Por otro lado, la misma ubicación iba a albergar diversos equipos con requisitos funcionales muy diferentes.

El resultado

Al utilizar la analogía de un pueblo, imaginamos un entorno laboral donde su diseño, sistema de circulación y expresión espacial eran una reminiscencia del contexto rural de Le Brassus. Este concepto se exploró no solo como un hilo argumental, sino que se aplicó a múltiples niveles como la disposición, el aspecto y el ambiente o la denominación de las diferentes áreas. El resultado es un lugar que refuerza la sensación de pertenecer y la conexión con lo que nos rodea, mientras que se evita una imitación literal de lo vernáculo. 

En colaboración con Audemars Piguet, elaboramos un espacio de trabajo progresista y sólido, facilitando el desarrollo de nuevas dinámicas laborales para el futuro de la compañía. Diseñado para promover la prueba rápida e inteligente de diversos flujos de trabajo, creamos una amplia variedad de espacios de reunión y colaboración adaptables a diferentes actividades y mentalidades; y presentamos una serie de puntos icónicos que actúan como espacios catalizadores, abriendo núcleos y mejorando la interacción entre equipos.

Descubrimiento

Ampliando una larga tradición familiar

Fundada en 1875, en la pequeña villa de Le Brassus, en el Vallée de Joux de las montañas jurásicas suizas, Audemars Piguet es un pionero y líder en la industria de la relojería de alta calidad suiza, introduciendo avances técnicos y estableciendo récords mundiales como el primer reloj de muñeca del mundo con un repetidor de minutos, el primer reloj de muñeca tourbillon con cuerda automática o el reloj de muñeca con el calendario perpetuo automático más fino del mercado. Hoy, en las manos de la cuarta generación de los Audemars y Piguet, todavía es una compañía independiente caracterizada por un prestigioso conocimiento relojero transmitido de generación a generación, una innovación continua y el mantenimiento de su sede central y su principal producción en el mismo lugar de origen. 

En años recientes, Audemars Piguet ha experimentado una expansión llamativa, mientras que al mismo tiempo ha cuidado su talento y su capital humano. Actualmente al planear la construcción de un campus corporativo, la compañía ha encontrado la necesidad de crear un espacio temporal donde puedan albergar sus equipos en crecimiento, experimentar con nuevos modos de trabajar y explorar el impacto de métodos de trabajo ágiles en una cultura organizativa, con la aspiración de descubrir qué se puede aplicar en su sede central futura.

Estableciendo las bases de los nuevos modos de trabajo

La naturaleza temporal de este espacio y su concepción como un campo de pruebas significa que existe una fuerte necesidad de crear un entorno experimental lo suficientemente flexible para adaptarse rápidamente a los nuevos modos de trabajar. La adaptación de equipos tan diferentes como IT, I+D o Control de calidad también nos impulsó a pensar en estrategias que generasen un sentido transversal de comunidad, no solo a través de la implementación de una amplia gama de espacios sociales y de colaboración, sino también a través de sensaciones unificadas (Look & Feel) relacionadas con los orígenes de la marca.

Ideación y diseño

Rediseñando desde cero

El lugar de construcción se convirtió en sí en el conductor de una estrategia principal del proyecto desde el inicio. Desarrollar el concepto del espacio de trabajo mientras se colocaban los cimientos del edificio, nos proporcionó una oportunidad única de introducir algunas adaptaciones estratégicas en su estructura, con el fin de hacer compatible su tipología industrial con las ambiciones centradas en el ser humano del proyecto.

Como resultado de ello, emergieron dos espacios icónicos en el corazón del edificio: las escaleras sociales y el patio central. Ambos poseían un doble propósito: por un lado permitían que la luz natural penetrara profundamente en el edificio, y al mismo tiempo actuaban como espacios catalizadores que descomponen los núcleos de la compañía atrayendo a los empleados a diferentes áreas, que pueden utilizarlas de manera casual.

Activando el movimiento

Con el fin de descomponer el espacio de trabajo diáfano en grupos de equipos más pequeños y crear una sensación de vecindario y comunidad, todos los espacios cerrados, desde las salas de colaboración a los rincones de concentración, fueron concebidos como pequeñas casas, y así el espacio completo se asemejaba a un pueblo a pequeña escala. Estratégicamente distribuido alrededor de los espacios catalizadores, tienen la particularidad de haberse diseñado con una rotación de 15 grados (30 minutos en términos propios de los relojeros) con respecto a la estructura rectangular del edificio, una organización que facilita el flujo natural de los colaboradores entre las diferentes áreas y consolida la sensación de estar en un pueblo, donde no todo se distribuye de manera ortogonal. 

Implementación

Trabajar en un pueblo

La analogía entre un pueblo y el espacio de trabajo nos permitió tematizar algunas áreas y salas específicas. Extrajimos la inspiración desde ciertos rasgos que encontramos en los alrededores de Le Brassus, que aplicamos posteriormente al modo en el que concebimos algunos espacios. Para mencionar algunos, las escaleras sociales ascendentes se convirtieron en el Téléski (telesilla), la sala totalmente blanca multiusos se convirtió en el Épicerie (mercado) y el patio central en la Plaza del pueblo. Este sólido hilo argumental y estrategia memorable se convirtió en una segunda naturaleza entre los usuarios de los espacios, que ahora se sienten muy orgullosos de trabajar en el pueblo Audemars Piguet.

 

 

 

Una paleta sobria

Uno de los retos creativos que nos fijamos en este proyecto fue diseñar una atmósfera única y atemporal sin depender de acabados sofisticados o lujosos. Al contrario, fue ejecutada con una paleta de materiales modesta que reforzaban la autenticidad del mensaje y el ingenio de las soluciones. Fue el modo de combinar materiales simples como la madera, enyesado rústico, revocados lisos o resina de color de una manera honesta que crea un lenguaje característico. 

Cambiando las dinámicas

Con el objetivo final de utilizar este proyecto como un banco de pruebas para descubrir nuevos modos de trabajar, se situaron una gama amplia y diversa de áreas funcionales alrededor de los espacios catalizadores. Las salas cerradas albergaban varios entornos bien definidos como lugares de concentración como rincones de equipos, salas de formación, salas de reuniones, rincones de concentración, o salas multiusos. Las áreas semi-abiertas están organizadas de un modo flexible siguiendo un principio dinámico de estilo de trabajo: áreas ajetreadas para la actividad ruidosa, espacios de proyectos para el trabajo colaborativo, escritorios para colaboradores temporales, área flexible para equipos que se reúnen habitualmente y zona de silencio para la concentración.

Look & Feel

Un colorido homenaje

Le Brassus, junto a sus alrededores en el Vallée de Joux, es más que un lugar donde se fundó Audemars Piguet. Al ser la cuna de los relojeros de alta calidad, es un factor diferenciador de la marca. El nuevo espacio de trabajo necesitaba, por tanto, reflejar a través de su diseño y atmósfera interior una sólida conexión de la compañía con su contexto local.

Al estudiar las fachadas de algunos de los edificios de Le Brassus, extrajimos varias paletas de color. Después, aplicamos estos esquemas de color delicadamente en las diferentes salas y espacios, no solo para dar color a las superficies sino también eligiendo los materiales adecuados que coincidieran en la selección. Como tributo a esos edificios, se colocaron varias ilustraciones en diferentes salas de reuniones, trabajando a la vez como un modo de conectar el pasado y el futuro de Le Brassus.

Señalética

Al final de la Senda cronográfica

Un sistema de señalización integral es crucial para garantizar una movilidad intuitiva en cualquier ciudad. Adoptando de nuevo la analogía del pueblo, el desarrollo de un sistema de señalización completamente integrado, nos dio la oportunidad de fortalecer ese concepto. Uno no descubre todos los días, una calle Tourbillon, un sendero cronográfico o una carretera de fase lunar (todos los nombres relacionados con el mundo horológico) dentro del edificio, donde las salas de reuniones están numeradas como las casas en la calle. El modo en el que el sistema de orientación se aplicó en los muros y en las puertas son además, una reminiscencia de las técnicas tradicionales de los nombres en las calles de Le Brassus.

Conclusión

No hay futuro sin pasado

Con una tradición profundamente enraizada y una prestigiosa experiencia como relojeros de alta calidad, Audemars Piguet ha progresado en la innovación. Al conceptualizar el entorno de trabajo como si fuera un pequeño pueblo con una atmósfera familiar para sus empleados, hemos podido crear nuevos estilos de trabajar, eliminar núcleos aislados y proporcionar las herramientas para experimentar con nuevos flujos de trabajo, estableciendo, a la vez, un camino hacia el futuro. Debido a la cercana relación surgida con la compañía después de desarrollar varios proyectos previos, fuimos capaces de aprovechar nuestra comprensión sobre el legado de la marca, traduciendo esa identidad en elementos de diseño que fomentan una sensación de pertenencia entre la plantilla.

El resultado final es un espacio cálido, dinámico y flexible que, a pesar de su naturaleza temporal, se ancla en la rica historia de Audemar Piguet.